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El Tres Puertorriqueño-Cubano

El Tres en Puerto Rico y Cuba
por William R. Cumpiano-Proyecto del Cuatro Puertorriqueño y Ramón M. Goméz-Organización Sambumbia, con la contribución adicional de Benjamin Lapidus-etnomusicólogo y director de Sonido Isleño, del investigador y folklorista/coleccionista Eric Guerini y del musicólogo-investigador Juan "Kacho" Montalvo.

Queremos reconocer también como fuente la publicación cubana Instrumentos de la Música Folclórico-Popular de Cuba, Volumen 2, publicada por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana 1997, La Habana de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, y en ella el articulo sobre el tres escrito por la investigadora, Carmen María Sáenz Coopat, el cual por razones del embargo no es disponible en los Estados Unidos

Lamentablemente, el tres es desconocido entre muchos amantes de los instrumentos de cuerda, aunque ha sido una herramienta expresiva vital que ha forjado el sonido de la música latinoamericana desde el siglo pasado. Con este reporte atentamos a traer conocimiento del instrumento a un público más amplio.

Notarán que llamamos a los ejecutantes cubanos treseros y a los ejecutantes puertorriqueños tresistas, tal como se acostumbra en sus respectivos países.


Apenda más sobre 
EL TRES EN CUBA       
EL TRES EN PUERTO RICO
EL VÍNCULO DE DOS TRESES
 

Tenemos aquí una magnífica introducción al tres: el gran cantante y arreglista de Los Guaracheros del Oriente y para Arsenio Rodríguez, Israel Berrios, nos presenta su arreglo de Temporal y Qué Bonita Bandera, con Charlie Rodríguez en el Tres.


 

 


Mario Hernández, exponente supremo del tres puertorriqueño, en 1961 mientras tocaba con su Sexteto Borinquen   
                                               foto cortesía Ansonia Records

Sin cuatro no hay navidad y sin el tres no hay son

Comentario por el musicólogo Juan "Kacho" Montalvo
(exclusivo para el Proyecto del Cuatro Puertorriqueño)

SIN EL TRES NO HAY SON
El tres cubano—adoptado en muchos países, entre ellos: Africa, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, República Dominicana, España, Japón, Estados Unidos, y Puerto Rico, es quizás m[as utilizado en orquestas que el cuatro boricua y su contraparte venezolana, y no digamos el charango, el cavaquinho y otros primos cercanos. Creo que algunas razones en el pasado fueron su registro—el sonido algo grave que no molesta al piano—lo que propicia inmiscuirse en una manera interna, chocando con el sonido cordal pianístico.

El tres asume su papel protagónico en el son, género de posible origen changüirí-haitiano-caribeño y esculpido por la cultura cubana. El son es una música que abarca numerosos mercados, destacado hoy dia por el hit internacional de Compay Segundo y Polo Montañez entre otros grandes. 

El tres tiene más limitaciones que el cuatro boricua, claro está, por su escordatura [forma particular de arreglar y afinar sus cuerdas]. Tiene tres cuerdas dobles y en algunas ocasiones son tres órdenes triples. El sonido es mas grave y lleno y espacioso. Está fusionado con muchas culturas musicales. Es genial e intenso su sonido, uno que lo convierte en un piano portátil; un piano para los pobres.  Eso si el proponente tresista tiene menos tela que el que toca cuatro: tiene que hacer más con menos. Su bagaje es diferente, aunque uno lleno de matices caribeños.

Creo que enfrentamos un notable desarrollo en diferentes instrumentos como el tres, y el cuatro boricua y el venezolano respectivamente, en Latinoamerica. Normalmente, el tres no es un instrumento lineal propiamente. Sus dobles cuerdas—como muchos otros instrumentos árabes proliferados en España y su descendencia latinoamericana—crea alternativas de resaltar timbres diferentes y reproducir un espejismo auditivo de octavas o muchas cuerdas. Su tesitura [rango musical] es limitada y a la misma vez ampliada por el efecto de las octavas hechas en cuerdas con diferentes grosores.  Actualmente los ejecutantes modernos lo han llevado a un grado de virtuosismo que fue infrecuente en el pasado. Lo utilizan de manera lineal y le cambian la afinación, el grosor de las cuerdas y el largo del diapasón. Hoy dia el tres moderno en Cuba suena un poco mas agudo que las viejas grabaciones de Arsenio, por mencionar a alguien. A esto se une fusiones con el jazz con flamenco, y otros ritmos.

Estos son factores que unidos a la evolución avasallante de la música cubana, ha puesto el instrumento en otra dimensión. Mas lo que respeto, ademas de esta nueva visión de ejecutar el tres, es que tiene esa dimensión de no ser tan lineal como los demás instrumentos solistas. El tres es introspectivo. En la manera que el ejecutante tiene que inventar más con menos, lo lleva a profundizar su logística de acordes y/o posiciones. La técnica de tocar diferentes posiciones en el tres crea un mayor conocimiento armónico y al adaptarse a otros instrumentos sin molestar el sonido de conjunto, crea mayores posibilidades en su desarrollo.

Cuando escuché el cuatro en mi niñez y adolescencia, distinguí esa virtud de propiciar un acompañamiento más elegante. No solamente eran sus lineas rápidas en los solos, sino también permitía la búsqueda de crear un concepto de conjunto, no de solista. Todavía hay muchos ejemplos de cuatristas que pueden crear ese concepto de acompañar en acordes y mezclar las octavas sin utilizarlo de manera ascendente solamente.

En la zona sur el tiple requinto guarda una enorme relación con la afinación del tres cubano. Muchos tiplistas como he mencionado antes, luego de aprender a tocar el tiple requinto, se entusiasmaron con el tres. La similitud de posiciones en los acordes es idéntica. La única diferencia es que se afina en Sol. Escuché que hay una mínima cantidad de treseros que lo hacen en Sol, aunque también predominan las afinaciones en Do y Re. De paso la afinación del requinto es una tercera y una cuarta en sus intervalos como la afinación estándar del tres. Cabe mencionar que el tres tiene otras afinaciones que lo alteran levemente y en ocasiones buscan facilitar su sonido y ejecución. En ocasiones lo afinan igual que las primeras cuerdas de la guitarra en sus intervalos. Otros lo suben en su afinación un tono donde suena mas agudo.

Curiosamente en Puerto Rico, debido a la existencia del cuatro, el tres se abaritonó. Se le atribuye al artesano Pellino Medina [el primer artesano puertorriqueño en construir un tres autóctono] en Trastalleres, Santurce, la modificación de la forma del tres, pero ademas la profundidad de su sonido. En Puerto Rico siempre se trata de que suene profundo y casi nadie utiliza la afinación en Re, que es más aguda. El timbre grave le da una coloratura especial y lo diferencia de su homólogo. Los tresistas tambien buscan recalcar que un tres no es un cuatro y su sonido se ha estandarizado en su registro más grave que el cubano.

Hubo una proliferación en utilizar tres cuerdas triples, pero algunos han desistido y creo por los problemas de tensión desigual que afectan la afinación. Aun así siguen creando experimentos con las cuerdas que ofrece el mercado: Luis "Lija" Ortiz, Panchito Riset, Mario Hernández, Pedro Flores, Ismael Rivera, Justo Rosario,(Sonora Ponceña, La Terrífica, Justo Betancourt), Tito García, Jesus "Chu" López, Nelson González, Pablo Paredes, Oscar Rios, y Benjamin Lapidus—quien mezcla conceptos basicos y vanguardistas en su improvisación—junto a otros que olvido.

Y SIN EL CUATRO NO HAY NAVIDAD

Hubo una visión del cuatro que posiblemente cambió con el estilo de composición en las décadas del '30 en adelante. La armonía a voces con dos cuatros por el Maestro Ladi y en ocasiones a tres voces; dieron inicio a mayores composiciones lineales. Esto aumentó con solistas compositores de la talla de Francisco "Panchón" Ortiz Piñero, Maso Rivera, Nieves Quintero, Yomo Toro, Pepe Rodríguez, Arturito Avilés, Iluminado Dávila, Pascual Meléndez, Nicanor Zayas y la cepa nueva de las últimas dos generaciones. Tambien surgieron cuatristas con un toque único en su interpretación instrumental como voces principales: Panchón Ortiz Piñero, Yomo Toro, Nery Orta, Pascual Melendez, Iluminado Davila, Sarrail Archilla, Juan Montalvo Cruz, Baltazar Rodriguez, El Cano de Vega Baja y algunos como el gran Nieves Quintero (entre muchos otros que el espacio nos deja cortos de mencionar), que afectó la línea de componer como la de la interpretar. El complemento de la guitarra de acompañamiento donde se resaltan los bajos creó un movimiento armónico interesante. Don Felo, Polo Ocasio, Carlos Martínez, Maneco. Es notable que en las Islas Cabo Verde, Portugal y otras regiones africanas se enfatiza este acompañamiento de contrapunto bajístico.

Hay una cantidad de voces emergentes, en sonidos, fusiones con flamenco, jazz, música clásica, pop, trova, experimental, rock, blues, new age, que subirá el volumen de nuestros instrumentos de cuerdas. Hace falta una mentalidad abierta en el mercado de consumo y en el mainstream, que propicie y estimule mayores libertades.  No es solamente necesario la participación, sino la búsqueda incesante de colores tímbricos y armónicos.

Hasta ahora hay un desarrollo virtuosístico muy profundo en el cuatro tocado de manera melódica-lineal. Es posible que en el futuro, encuentre los caminos dejados atrás como instrumento post-medieval que caracterizaron a estos mayormente por ser acompañantes. Pepe Rodríguez, Nieves Quintero, Modesto Nieves, Neftalí Ortiz, Pablito Hernández, Eddie López, Joe Torres, Pedrito Guzmān, Víctor Echevarría, Ramón Vazquez y Saúl Martínez, Carrasquillo, Bengie Laboy,  (amen de otros que no recuerdo),  han creado estilos y otros papeles para el cuatro en sus facetas de acompañantes-solistas.

Es menester aclarar que la confección del cuatro en otras facetas ha tenido la aportación de mejores luthieres, que han mejorado la afinación, la acción y creado oportunamente mejores piezas intrumentales. Tambien la educación teorica de diferentes departamentos de musica colegial y escuelas privadas como la Rondalla de Humacao del Prof. Jorge Camacho, Frankie Meltz, y Neftalí Ortiz quien ha hecho un trabajo gigante en publicar musica escrita para cuatro a un nivel intermedio y avanzado.

El ajuste que hacen algunos prospectos, al incursionar al jazz, al flamenco, nueva trova, bomba y plena,  les abre otras dimensiones a su técnica y sonido. La confección y las cuerdas disponibles en el mercado, los micrófonos, las formas alteradas de su aspecto físico, también van alterar y estimular profundamente su papel en el plano mundial. Tomar ajustes para demostrar la capacidad de un instrumento con características que pueden compartir diferentes agrupaciones, orquestaciones son retos dia a dia para el ejecutante.
Mirar los ancestros culturales del cuatro y su eventual desarrollo debe impactar significativamente en el vivir con el cuatro contemporáneo.

Discografía
Si desea oír la música de tres, quizás esta discografía de las grabaciones más codiciadas les será útil:

  • SEXTETO BORINQUEN: El Auténtico, Vol. 1 (Ansonia 1312)

  • ISAAC OVIEDO: Routes of Rhythm, Vol.3 (Rounder 5055)

  • LUIS LIJA ORTIZ Y SU SEXTETO CARAVAN: No Me Persigas (Ansonia 1601)

  • JOHNNY PACHECO: El Maestro (Fania 485)

  • ARSENIO RODRIGUEZ Y SU CONJUNTO: Montuneando 1946-50 (Tumbao 31)

  • ADALBERTO ALVAREZ Y SU SON: Ay, Que Tu Quieres, Que Te Den? (DM 2002)

  • MARIO HERNANDEZ Y SU SEXTETO BORINQUEN: Para Ti Son Mis Canciones (Artilleria CDC-332)

    Gracias a Eric Guerini, Ramón M. Gómez-Organización Sambumbia,  Juan Sotomayor y al artículo del magazín Acoustic Guitar: CARIBBEAN MEMORIES por William R. Cumpiano-- por sus aportaciones a esta página

 

Una guitarra jíbara

Una guitarra jíbara en Nueva York

 

 

     En el 1912 una señora adinerada donó al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York una pequeña joya de artesanía folclórica puertorriqueña: una guitarra tallada de forma enteriza de una pieza de madera que ella adquirió durante sus visitas a la isla de Puerto Rico durante el siglo diecinueve. El instrumento estaba decorado con tallas geometricas alrededor de sus costados y sobre su fondo, las cuales se asemejan a motivos africanos ghanenses.
     El instrumento había permanecido en las bóvedas del Museo durante la mayor parte del siglo veinte, exhibiéndose solamente una vez, cuando se publicó un grabado del mismo en un magazín neuyorquino en 1971, el cual llegó a la nuestra atención.
     Nuestro investigador Juan Sotomayor acudió al museo y preguntó por él. El mismo curador tuvo que rebuscar en los archivos más profundos del museo hasta encontrarlo. Gracias al cuidado ejercido por el museo en la protección de la reliquia, el instrumento queda hoy en excelentes condiciones, a la vez que casi todos de los instrumentos nativos de Puerto Rico de esa epoca han desaparecido, víctimas del descuido, del desaprecio, y de la polilla.
      El instrumento hoy día se luce prominentemente en la sala de instrumentos musicales del gran museo nyuyorquino.

El curador de instrumentos musicales del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, Ken Moore, muestra la reliquia de la antigua guitarra jíbara de la colección del museo.

 

 
 
 
 

 

 

 

Buscando el jabao taíno

Buscando el jabao taíno

Por: William Cumpiano
Coordinador del Proyecto del Cuatro y
Dirigente de la página web del Proyecto


Ha surgido un interés en un supuesto instrumento de cuerdas nativo a Puerto Rico, uno hecho por una de las razas aborígenas de la isla, los Taínos. Lo único que sobrevive del instrumento es el nombre, "jabao taíno". Hemos inquirido sobre el tema en nuestras investigaciones, y la búsqueda no ha sido muy fructífera. No existen rasgos físicos del instrumento. Así que de un instrumento aborigen de tres cuerdas--no se ha visto nada, solo un nombre y una leyenda.

Pero la verdad de las leyendas es que todos incluyen un grano de la verdad. ¿Y cuál pudo haber sido ese grano? Es posible, que al igual que el charango del indio del altiplano sudamericano, el cual sobrevive hoy día, ¿el jabao era una confección del Taíno esclavizado en Puerto Rico, hecho en imitación de los guitarrillos que trajeron los conquistadores? El concepto de una caja de resonancia del cual sobresale un mástil con cuerdas múltiples tensadas sobre ambas, es un antiguo concepto original de los moros y los persas. ¿De que otra manera pudieron los Taínos idearlos sino como una imitación?

En Perú y Bolivia, los indígenas sobrevivieron 400 años de conquista española, copiaron los guitarrillos españoles y produjeron el charango. Pero los indígenas en Puerto Rico fueron virtualmente--pero no totalmente--exterminados por los españoles, apenas 20 años posterior a la llegada de Ponce de León. Ciertamente era tiempo insuficiente para desarrollar un cuerpo de música instrumental, y mucho menos de evolucionar un instrumento para tocarlo. ¿Y qué clase de música pudieran ellos tocar sobre el mismo? ¿Música española? ¿Música indígena? Es verdaderamente improbable que hubiera existido. Pero la leyenda persiste.

Los cronistas de la época de Colón dejaron registro de los instrumentos aborígenes (maracas, fotutos, tambores de troncos ahuecados), pero no se encontrado evidencia alguna que los taínos precolombinos habían desarrollado instrumentos de cuerda como los tenían otras comunidades primigenias, como los indios de los grandes llanos norteamericanos. Oímos contar de un instrumento de tres cuerdas, a veces descrito con cuerpo de higuera, de descendencia antigua aborígen. Algunos atrevidos hasta atribuían a ese instrumento mítico el padrinazgo del cuatro. De interés era que tal instrumento supuestamente se mencionaba en las crónicas de los primeros colonizadores de la isla. Cayó en nuestras manos una cita de la arqueóloga María Teresa Muñoz que mencionaba que Fernando Colón (1488-1539), el hijo de Cristóbal, quien presumiblemente vió un cordófono indígena y luego contó en sus antiguas Crónicas de Viajes, que “el babao es una guzla de tres cuerdas.” 

Una "guszla" es hoy en día un instrumento folklórico de una cuerda sencilla proveniente de la Europa Oriental--la región húngara-turca--tocado con una bayeta o arco. De hecho, la palabra jabao es de uso familiar en nuestro propio dialecto, usado a veces en referencia a un hombre de tez clara de linaje mixta, usualmente caribeño. Pero es una palabra de proveniencia africana, no aborígena. A veces la palabra es usada despectivamente, "el jabao es un mestizo que quiere pasar por blanco..." y a veces es un apodo otorgado cariñosamente, particularmente en Cuba.

Averiguamos que la guzla de los tiempos de Colón era un instrumento moro que portaba tres cuerdas , abuelo del instrumento folklórico tocado con un arco con nombre similar que sobrevive hasta el día de hoy en los países eslavos. Sospeché que la existencia de un cordófono taíno era poco probable, pero al final de la búsqueda de la fuente original de la cita de Fernando Colón, llegué a la conclusión que el jabao taíno era casí ciertamente un mito que nació de un error en la interpretación del archivo histórico. La historia de los instrumentos está repleto de confusiones de esta índole.

Lo que sobrevive de la conjunción del hijo de Cólon, el jabao, y la guzla, proviene de las escrituras de un cronista religioso nombrado Ramón Pané, quien acompañó a Cristóbal Colón durante su segundo viaje a la Hispañola. De acuerdo con la historia, Cristóbal Colón le había dado a Pané el cargo de crear un reportaje de las “ceremonias y antiguedades” de los aborígenes de la Hispañola. El reportaje original lo escribió Pané a fines del siglo 15. Pané escribe en castellano, el cual no era su primer idoma (él era catalán), sobre sus observaciones personales de una cultura exótica cuyo idioma el no comprendía. Pané fue citado por Fernando Colón en las Crónicas de Viajes de su padre, obra que fue luego perdida pero que sobrevivio en una traducción al italiano que apareció a fines del siglo 16. Ésta es la fuente original de las palabras que nos llegan hoy en día, luego de ser citado por numerosos estudiosos citándose unos a otros, cada cual a su manera, durante cuatrocientos años. Aunque importante por ser la primera crónica de la vida y costumbres de los indios antillanos, el reportaje de Pané--sin mencionar la calidad de la versión que nos llega hoy en día--resulta ser de muy poca confiabilidad. Hasta el mismo Fray Bartolomé de las Casas lamentó que las escrituras de Pané “carecián de sustancia.”

Otro escritor considerado entre los primeros cronistas que describen los antiguos instrumentos antillanos es Pietro Martire d'Anghiera (c. 1455-1526), miembro del Consejo de las Indias y conocido de los exploradores marítimos de sus tiempos, incluyendo a Colón, Magallanes y Vasco da Gama. Valiéndose de los relatos de los viajeros y exploradores conjunto con los de Pané, describió los instrumentos indígenas de sus tiempos. Entre ellos, el que viene al caso es un caracol grande sobre el cual los indígenas de Sur América estiraban varias cuerdas. El musicólogo Donald Thompson resume su estudio de los instrumentos indígenas de la Antillas de esta manera (traducido del inglés):

No se ha podido encontrar alguna fuente anterior a los comienzos del siglo 19 sobre el bao, habao, o jabao, confiadamente descritas por algunos escritores modernos como un cordófono de arco con tres cuerdas cultivado por los aborígenes antillanos. Creo que este artículo puede haber sido el resultado de una malinterpretación de Pané, junto con la reubicación de los caracoles encordados de Pietro Martire. Además, creo sin duda alguna que puede ser excluido del instrumentario Taíno.
 


El sonido de la vihuela-bordonúa

 

Preguntas y opiniones sobre el sonido de la Bordonúa

Existe una opinión en Puerto Rico que afirma que la bordonúa se oye con un sonido restrilloso acompañante, y que éste es el sonido auténtico de la bordonúa.

Pero en términos reales, no hay forma de verificar cuál era el sonido original y verdadero de la bordonúa. En los discos más antiguos en que se oye la bordonúa, no se oye nada que se pueda describir como "chirreo" o "fueteo", o sea el sonido que hacen las cuerdas cuando tropiezan contra los trastes al tocar. Indudablemente existen y existieron bordonúas que fuetean o chirrean, pero hay aquellos que opinan que esto es un sonido anómalo, distorsionado, probablemente el resultado de la construcción rustica y el mal ajuste del instrumento.

El porqué del chirreo o fueteo de las cuerdas de la bordonúa es un misterio por resolverse, un misterio hecho posible por el gran desconocimiento y descuido por nuestra propia cultura que ha sufrido nuestra isla. Pero opinamos que es difícil concebir que los artesanos o músicos del pasado deliberadamente trataron de tocar o construir un instrumento de cuerda que sonara de forma distorsionado o percusivo, porque la meta universal de la música es crear sonidos bellos y melifluos.

Pero indudablemente es una cuestión controversial que pueden argumentar lados opuestos. Persiste en la literatura y en la poesía la descripción de un sonido distintivo que ocurría al tocar la bordonúa. En varias obras literarias se describe el "gemido" de la bordonúa, el "zumbido" de la bordonúa, el "lloriqueo" de la bordonúa. Entre algunos músicos suramericanos que conozco, cuando las cuerdas tropiezan con los trastes (al pulsar con demasiada fuerza las cuerdas, o cuando los trastes están malgastados) dicen que están "bordoneando" las cuerdas. Curioso, ¿no?

Los descendientes de los consagrados y difuntos bordonuistas Candelario Vázquez y Yuyo Velásquez, hablan de una técnica que usaban de oprimir las cuerdas rítmicamente al tocarlas, haciendo así "llorar" el instrumento. Ellos no recuerdan algún zumbido o sonido percusivo, sino uno bello y primoroso. Por fin, el reconocido artesano Vicente Valentín propulsó por años la idea que las bordonúas habían que construirlas de manera que las cuerdas zumbaran al ser tocadas. Desarrolló un proceso exhaustivo de limar los trastes para facilitar y controlar ese ruido, pero los resultados sonoros desilusionantes y el esfuerzo por lograrlo tan laborioso. eventualmente lo convenció a abandonar la técnica. Las bordonúas de los varios artesanos modernos de calidad que conozco hoy en día no hacen bordonúas que chirrean o fuetean.

La cuestión de la afinación y encordadura de la bordonúa también es compleja y controversial. La bordonúa se describe como un instrumento de voz "grave" en el siglo 19, y la palabra "bordón" significa en la musicología una cuerda gruesa y baja, tanto como la campana mas grande y grave del campanario. Pero las bordonúas que persisten en el siglo veinte son afinados y encordadas con un temple relativamente alto, a una altura similar a la del cuatro. Durante el siglo XX varios músicos trataron de cambiar la afinación para lograr sus propios propósitos musicales--por ejemplo el que se inventó y propulsó el profesor Paquito López Cruz, una afinación distinta a las afinaciones de Vázquez y Velásquez, músicos antiguos antemencionados. Así que el instrumento no goza de una afinación estándar. Abundaremos sobre este tema en un libro sobre los instrumentos de cuerda de Puerto Rico que actualmente estamos preparando.

Afinaciones-encordaduras

Notas sobre las afinaciones y encordaduras de la bordonúa

La forma, encordadura y afinación de la bordonúa han ido cambiando durante los últimos dos siglos, y la forma de hacerlo en la actualidad varia con quién esta rescatándolo, y qué uso se le están dando.

Las bordonúas antiguas: Llevándonos de referencias bibliográficas del siglo 19, de entrevistas con mayores y entrevistas con los descendientes de constructores y tocadores de bordonúas, aprendimos que la bordonúa del siglo 19 portaba cinco o seis cuerdas sencillas y se describía como "una guitarra de grandes dimensiones", de "voz grave". El folklorista Emanuel Dufrasne nos dijo que sus padres lo fabricaban en Ponce y que eran "más grande que la guitarra usual". Si en realidad era una version de cosecha propia de la guitarra española, podemos presumir que tenía la forma y afinación de una guitarra, con cuerdas sencillas afinadas en intervalos de 4-4-4-3-4, probablemente ahuecado de un trozo singular de madera en la forma enteriza tradicional. Es importante señalar que durante la mayor parte del siglo 19 la guitarra era notablemente más pequeña que la guitarra de hoy día. Asi que "una guitarra de grandes dimensiones" podría ser no más grande que las guitarras de hoy.

Las bordonúas de Yuyo, Cando y Cundi: Durante los años del treinta, aparece en una región la bordonúa tocada por dos distintos maestros: "Yuyo" Velázquez, y Candelario "Candó" Vázquez, con afinación y forma similar. Pero su encordadura mu particular, consistiendo en cuerdas finas arregladas en cinco ordenes: dos de cuerdas sencillas y tres de cuerdas en pares. Aunque las bordonúas del siglo 19 se describían como "de voz grave" para tocar la parte baja de la orquesta jíbara, las nueva bordonúa del siglo 20 aparece misteriosamente como instrumento de melodía, acompañada usualmente por un cuatro o una guitarra. Se afinaba de bajo a agudo, A d f# b e' (la re fa# si mi). Interesantemente, éstas eran los mismos intervalos del timple canario, o sea intervalos de 4-3-4-4. En Aguas Buenas, don Segundo "Cundi" Merced tocaba una bordonúa grande con forma de pera encordado  con los mismo intervalos,  pero con la afinación G c e a d' (sol do mi la re). En contraste con las cuerdas gruesas de las bordonúas del siglo 19, que les permitía su "voz grave", las cuerdas puestas sobre las bordonúas del comienzo del siglo 19 eran también cuerdas de calibre fino. Desafortunadamente, al ponerle cuerdas finas a un instrumento grande, se produce un sonido apagado de poca duración. El mismo don Candó lo describía como un "instrumento malo para tocar". El instrumento aparentemente tuvo pocos propulsores, y adicionalmente era difícil de construír. Probablemente por eso el instrumento eventualmente cayó en desuso. Hasta que...

Las bordonúas de don Paquito: ...alrededor del 1955, el Dr. Francisco López Cruz, impulsado por el Instituto de Cultura de Puerto Rico, lanza un rescate de la bordonúa. Contrata un número de artesanos para hacer bordonúas en una forma mas racional y refinada, la cual incluía un cambio en su silueta y encordadura para usarse en su Orquesta de Cuatros y Bordonúas. Esta orquesta se mantiene vigente hasta el día de hoy, dirigida por Myrna Pérez). López Cruz recomiendó usar las mismas cuerdas que se usan en el cuatro moderno, arregladas en cinco ordenes dobles y afinadas en los mismos intervalos de 4-3-4-4 pero de forma A d f# b e' (la re fa# si mi) . Esta configuración coloca el instrumento en un rango musical similar al del cuatro--o sea que la recreación de López Cruz no retornó el instrumento a su función musical antiguo de instrumento de voz grave o baja. La memoria, reputación e influencia del gran maestro López Cruz ha mantenido la afinación y encordadura de la bordonúa que rescató a mediados del siglo 20 como el estándar del día de hoy.

La bordonúa grave de la Orquesta Jíbara: El Proyecto del Cuatro, impulsado por sus hallazgos sobre uso original del instrumento, y con su interés por retornar el instrumento al uso descrito en el siglo 19 de miembro de voz baja de una "orquesta jíbara" (tocando en ensamblaje con el tiple y el cuatro), propulsa a varios artesanos a recrear una "bordonúa grave" encordado en intervalos de 4-4-4-4--facilitando así su ejecución en manos de cualquier cuatrista--pero afinado en forma E A d g c' (mi la re sol do). Esta esquema coloca el instrumento musicalmente a suficiente distancia del cuatro y del tiple para lograr en una Orquesta Jíbara con voces más contrastantes. El Proyecto está demostrando y propulsando esta esquema con la manufactura de bordonúas afinadas en esta forma y su presentación en Orquestas Jíbaras tocando música puertorriqueña en grabaciones y eventos públicos.

En el presente artesanos como Aurelio Cruz Pagán y Vicente Valentín, entre otros, ofrecen bordonúas afinadas al gusto del músico, usualmente en una o más de las formas antesmencionadas. Recientemente nos percatamos que Modesto Nieves grabó su importante grabación reciente, Orquesta Jíbara, con una bordonúa encordada y afinada como un cuatro, o sea en intervalos de 4-4-4-4.