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            Notas de una Entrevista de Baltazar Carrero, 27/10/04, con David Morales y William Cumpiano.
 Redacción de David Morales.
 Harry Martorel Carrero, su sobrino, asisitió en la realización de esta entrevista.
 Sus padres se llamaban José Salomé Carrero y Juana Rodríguez. Su madre     era costurera. Su padre era negociante y padecía de una hernia. Como no podia conllevar     trabajos que requerían mucha fuerza, se dedicaba a negociar con animales, aves, gallinas,     pollos y cabros – vendía y compraba. Su papá también compraba y vendía carbón     del pueblo de Moca. Su padre siempre le decía: Es mejor pasar un día sin comer antes de     tener algo que no le pertenecía. Cuando niño, jugaba con trompos, con gallos de maya y le encantaba subir árboles -     “como un pichón.” Recuerda que había árboles como el guamá –      que ya no existen.  Como a los tres años de edad, la familia se muda a la orilla de Añasco y Mayaguez. La     familia vivía en una sínsora - una montaña lejos del pueblo. Se mudaron a Mayaguez a     los seis años de edad y vivieron en el barrio Miradero donde pudo asistir a la escuela     por un corto tiempo. Para ese entonces, Baltazar recuerda que la música típica no se cantaba a menudo ni se     escuchaba tanto por su lar. Sin embargo, se cantaban décimas en tiempos de parranda,     cuando se cumplían promesas o durante la navidad. Se cantaba el “aguinaldo     coro.”  Baltazar aprendió a escribir décimas con su padre. Su papa tocaba cuatro y conocía la     décima – “nació con eso.” Nadie le enseño a cantar el estilo del –     recibió el estilo “del cielo.”  En la escuela, creó un conjunto con sus amigos. Uno de ellos era “el americano”      que tocaba guitarra – Hector Martínez. Al poco tiempo, empezaron a amenizar bailes y     eventos escolares. Las maestras le pagaban por sus servicios. Baltazar cantaba guarachas,     merengues y boleros, pero no música típica. Al salir de la escuela sin graduarse,     trabajó en la fábrica de Galletas Sultana.  Para el 1946, Baltazar sale a Nueva York por primera vez. Su hermano era contable en Nueva     York. Vivió con su hermano y hermana, Pablo y Carmen Martorel. Baltazar consiguió     trabajo y se quedó en Nueva York hasta el 1948, cuando regresó a Mayaguez, Puerto Rico.  Para el 1948, empezó a cantar música típica. Tenía ya como 30 años. Baltazar era     dueño de un cafetín – “El Jovito,” en la calle Cantera de Mayaguez. Un     día, anunciaron por la radio que se solicitaba un cantor jíbaro que cantara 5 dias a la     semana. Con su hermano, Baltazar se presento a la emisora de Mayaguez para probar su     suerte. Como la emisora necesitaba un cantor por 5 días a la semana, Baltazar no pudo     aceptar la posición y volvió a sus negocios. Para fines del 1948, Baltazar volvió a Nueva York. Empezó a amenizar clubes nocturnos y     a cantar décimas. Es asi como conoce a Claudio Ferrer. Con Claudio, Nieves Quintero,     Miguelito Carrillo y Ada Carrillo empiezó a grabar para el 1950. Su primera grabación y     por cierto, décima - “Te Pego La Mano” – la grabó en el sello Cenit con     Claudio Ferrer y su grupo.  En el sello Cenit, Baltazar grabó un sinumero de discos de 78 revoluciones. Con éstas     pruebas, se presentó al sello Rival, Riney y Seeco donde también grabó canciones     exitosas como La Mujer Mécanica, La Casa de Yagua, y Vendo Unos Ojos Verdes.  Luego, a base de la demanda por su música, Baltazar es contratado por el sello Ansonia     donde grabo mas de 4 LP’s. Baltazar cobraba $1,200 por cada LP. En su apogeo,     Baltazar se presentó en el Palladium, Teatro PR, Tropicana, entre otros lugares     prestigiosos de Nueva York.  Baltazar continuó grabando para la casa Ansonia durante la decada de 1950 y la mitad de     los 1960. Luego se dedicó a su trabajo – era dueño de varios cafetines en Nueva     York. Hoy día, Baltazar vive en San Juan, PR.
 | Baltazar Carrero Rodríguez     nació el día 23 de marzo del 1917, en el barrio Calvache de Rincón.  De sus primeros años recuerda la dureza de     aquellos antaños y la pobreza, tal cómo la describe en la siguiente décima que nunca     grabó… Es Mejor Que Ni Le Cuentepor Baltazar Carrero
 A mi que nadie me alabe aquellos tiempos de ante’,
 porque yo sufrí bastante,
 y pasé las que nadie sabe.
 La situación era grave
 A pesar de que la gente
 era noble y decente,
 culta, honrada y seria.
 Pero había una miseria,
 Que es mejor que ni le cuente
 Vendían un chavo de quesoY un chavo de salchichón,
 Dos de tocino y jamón.
 A ver para qué da eso.
 Y no termino si empiezo
 A describir el ambiente.
 Yo creo que estan demente
 Las personas que quisieran
 Que aquellos tiempos volvieran
 Si es mejor que ni le cuente
 De ajo, cebolla y salTambién vendían un chavo,
 Y uno de canela y clavo
 que yo mismo lo iba a compral.
 Es mejor no recordal
 El mil novecientos veinte,
 Porque es del pasado al presente
 Como del infierno a la gloria.
 Y como es tan triste la historia,
 Es mejor que ni le cuente
 Yo le digo lo que habiaPara que sepan como era,
 Porque hay quien cuente a su manera,
 Y le diga todavía,
 Tan bien que antes se vivía,
 Y todo era diferente.
 Pero tal vez no le miente
 Lo que había que sufrir
 Para un chavo conseguir.
 Si, es mejor que ni le cuente.
 
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