|  		 Oigan a un  		seis Canto Serrano que abre el programa. 
 Charla al terrazo de la Isla donde está el hombre de costa, de salón y  		de tierra adentro.
                          		 		 Ladi toca en solo  		su mazurca Aurora  		 Oigan a Ladi y Díaz Alfaro en la actual entrevista en un fragmento al comienzo de la misma 
 Abelardo Díaz Alfaro (ADA)
 Me emociona profundamente escuchar el cuatro de una persona que es mito  		en la leyenda jíbara, que conocen todos los jíbaros puertorriqueños. Me  		refiero al maestro Ladislao Martínez, cariñosamente llamado Ladí.  		Huelgan palabras para describir la preciosidad de este magnifico  		cuatrista compositor puertorriqueño, que en medio de los avatares de la  		ciudad de Nueva York y aquí en el mismo Puerto Rico ha elevado la música  		aquella a un pedestal muy alto y yo le rindo este programa como un  		homenaje, porque el fin de Abelardo Diaz Alfaro es dar a conocer estas  		figuras segrejias puertorriqueñas, a veces vilipendiadas, ignoradas, en  		medio donde una música chabacana impera.
 Ladi, es un honor tenerte aquí, quiero que digas al público de Puerto  		Rico cómo te iniciastes en este menester de la música criolla. LADI:En primer lugar quiero darle un saludo a todo mi pueblo puertorriqueño y  		a todos aquellos amigos que no he tenido la oportunidad de saludar  		todavía.
 Y ahora contestando su pregunta, yo desde muchachito muy pequeño, casi  		cuando tenía apenas doce años me dió el entusiasmo en la música porque  		oía cierto músicos de nuestro Puerto Rico que entonces cultivaban la  		música del cuatro y voy a mencionar algunos de ellos como, vamos a  		decir, Joaquín el Zurdo, que usted sabe era uno de los mejores, o el  		mejor puedo decir, aquí en Puerto Rico. Entonces después había otro que  		se llamaba [Ricardo, .ed ] Portalatín, otro gran músico también.  Entonces, otro músico que fue el que me guió a mi por este sendero de la  		música fue un señor de Vega Baja que decían, o se llamaba Carlos  		Soriano. Carlos Soriano iba a tocar de vez en cuando, a mi pueblo. Yo  		estaba pequeñito, como quién dicen, "en camisola". Entonces cuando el  		iba a Vega Alta pues yo me le fugaba a mi Papá, y me iba a los bailes  		que él tocaba. Y allí yo me ñagotaba al lado del banco de los músicos a  		oír la música.  Y tanto fue el entusiasmo mío que yo entonces, me dió por conseguir la  		música más de cerca. Entonces como yo tenía un hermano que también era  		aficionado a la guitarra, que todavía vive. El es mozo de La Mayorquina  		todavía. Le dicen "Cachón", Encarnación Martínez. Pues los dos teníamos  		la misma ambición de seguir en la música. Y yo hice que mi papa me  		comprara un cuatrito, que por cierto lo hizo por cambio de un serrucho  		que el tenia--porque a mi papa le gustaba darle albergue a todos los  		transeúntesque pasaran, los pordioseros, por casa, no? Era muy  		humanitario. Y una vez llego un señor que se llamaba Ermenegildo Adorno,  		que por cierto le dieron una herida y como no tenia donde alberguarse,  		no había entonces hospitales en Vega Alta, pues entonces recurrieron a  		mi papa para que le diera albergue en mi casa mientras lo curaran. Tan asi fue, que este señor también era un entusiasta a la música y  		tenía ese cuatrito. Entonces yo le cogía el cuatrito prestado a él para  		yo dar mis tonitos, a empezar a sacarle algo, con una canción que decía,  		"Palo´e mango, ¿quien te tumbó"?  El caso es que yo seguí asi tratando de aprender cositas, yo mismo por  		mi propio esfuerzo sin que nadie me enseñara. Y asi pude sacar cositas,  		y entonces siguiendo a musicos que llegaban de afuera a tocar bailes en  		Vega Alta--como ese Carlos Soriano de Vega Baja.  Pues seguí entonces adelantando un poquito cada dia mas. Luego que sabia  		un poquito pues salia a la calle principal de mi pueblo con el cuatrito  		a costas. Entonces me ponían a tocar y me daban vellones, me daban  		centavos, y asi pues, hasta que una vez pase por una farmacia que era la  		farmacia de Marchand, de Vega Alta. Alli estaban sentados dos o tres  		amigos, entre ellos el Dr. Santiago que era el doctor del pueblo en  		aquel entonces. Pues me llamaron a tocar, y yo con mi cuatrito me puse a  		tocarle ciertas cositas de las que ya yo sabía. Bueno el caso fue que  		fui tan admirado por ellos que entonces el mismo doctor Santiago me  		dice, "bueno, pero nene, tu necesitas un cuatrito mejor que ese. Tu me  		lo puedes conseguir? Yo te lo compro. Entonces yo le dije "sí, como no". Me dijo, "pues encárgalo y cuando  		esté listo, tu me avisas para yo darte el dinero para que lo compres.  		Asi fue que yo aproveché esa oportunidad y al otro dia, bien temprano,  		madrugué, y fui a casa de un señor que se llamaba Sayo Otero. Fue él que  		hacia los cuatros esos modernos que hay ahora. Fué el primero que  		inventó ese estilo de cuatro. Entonces fui adonde Sayo bien temprano al  		otro dia y le expliqué el asunto, le dije que el doctor Santiago estaba  		interesado en regalarme un cuatro.  ADA:¿Ese señor Sayo Otero vive?
 LADI:No, ya no vive. Entonces pues hablé con Sayo. A la sazón, pues ya tenía  		un cuatro hecho. Y me dijo, "pues, te salvastes, porque aquí yo tengo un  		cuatrito muy bueno y ese es el que le voy a vender al doctor para que te  		lo regale". Pues, así fue. Entonces me preparó el cuatro, me lo entregó  		y fue y habló con el doctor, entonces el doctor le pagó el cuatro.
 Y pues de ahí yo estaba más entusiasmado en la música. Entonces ya a las  		cinco de la mañana ya yo estaba molestando a la gente en casa, no los  		dejaba dormir con mi cuatrito tocando cositas y cositas, hasta que fui,  		así, de la manera que me fuí encarrilando, con mi hermano al lado  		también, que tocaba un poquito de guitarra, hasta que poco a poco fuimos  		adquiriendo más conocimientos en la música. Ya después tocábamos jaranitas, nos ganábamos los chavitas, como dije,  		tocando. A dos pesos la noche. Pollones, les decían. Me recuerdo una vez  		que fuimos a tocar en una jarana, a un tal Simplicio Sánchez, que era el  		zapatero de mi pueblo. Cuando terminé la jarana era la una de la mañana,  		y me dice, "bueno ¿cuánto te debo?" Y yo le digo, "bueno, dame dos pesos  		pa´ los tres". Y me dice, "¿Qué? ¿Dos pesos?¡Mira...!".  Entonces no me quizo pagar, porque lo encontró mucho. Y entonces yo me  		fuí para la casa y se lo dije a mi papá. Entonces mi papá al otro día  		fue a donde él, y le dice, "mira, el nene te tocó en la jarana anoche y  		me dice que tu no quieres pagarle, asi que yo vine aca porque tu sabes  		que es justo que tu le pagues, y lo utilizastes a ellos tocando". Y el,  		"no, es porque el me pidió mucho, me pidió dos pesos y yo no le iba a  		dar dos pesos" [ríe]. El caso es que garateando con mi papá, le dió uno  		veinticinco. ADA:Oye Ladi, quisiera seguir, dime, ¿qué conjunto tu organizastes después,  		en Puerto Rico, cuando ya maduraste?]
 LADI:Bueno hicimos un trío primero. Se llamaba el Trío Boricua. Después tuve  		que tocar bailes en el Condado, y tocar bailes en todos esos sitios.
 ADA:Dígame algo, que era en domingos, que era Industrias Nativas, que tu  		tenías...
 LADI:Bueno eso fue después. Después que yo reponé el conjunto que ya lo hice  		más grande, entonces fue que yo empecé a tocar los programas Industrias  		Nativas y estuve por muchos años.
 ADA:Oye, de paso, yo encontré un disquito, no se si debes saber, porque esta  		por ahí, Jíbaro en Nueva York, porque estabas mucho tiempo en Nueva  		York, ¿verdad?
  		 (Toca  		el disco) Este disco lo encontré yo,  		polvoroso y viejo en una casa de discos, y lo encontré para regalo tuyo,  		musical, y sé que te conmovistes porque te recuerda tus días en Nueva  		York. Yo quiero decir a puertorriqueños que Ladi es muy conocido en  		Nueva York y toco, nada menos que en el Carnegie Hall, en una fiesta,  		festival de la danza de Puerto Rico, dirigida por el doctor Bartolome [Oller?]  		y su éxito fue primoroso. Aquí también tiene algo muy valioso para el,  		un cuadro encuadernado con un diploma: La Casa de Puerto Rico en Nueva  		York le otorga un diploma, un reconocimiento a este gran músico  		puertorriqueño, así que el valor de Ladi no se limita al predio insular  		sino también va remontando fronteras, y allá en los rascacielos, allá en  		el tumulto y en la Babel de hierro y acero este hombre lleva su cuatro  		en todas las canciones que [?] todos los jíbaros puertorriqueños.  Y yo quisiera que él me contara algo de Nueva York, y como gustan la  		música esta suya en Nueva York y algunas experiencias en Nueva York,  		porque este hombre ha vivido muchos años allí. ¿Cuántos años ha vivido  		allí en Nueva York?] LADI:Dieciséis años.
 ADA:Cuéntame tus experiencias, tus éxitos en Nueva York, tus composiciones  		que me han gustado allí
 LADI:Bueno, tan pronto yo llegue a Nueva York, pues fui--cuando venía con Los  		Serrallitos [?] , que eran unos programas de radio en La Voz Hispana del  		Aire, tuve como cuatro meses dando a conocer nuestra música. Porque  		siempre el orgullo mío ha sido hacer prevalecer la música nuestra, sobre  		todo la danza puertorriqueña, y el seis, el aguinaldo. De manera que yo  		siempre para mi ha sido un orgullo.
 Es más yo saqué hasta un disco--un verso, una décima que uno de los  		versos yo le puse Que me digan anticuadoY me sigan criticando
 Pero yo sigo tocando
 La danza y el seis chorreado.
 Porque siempre me ha gustado
 Ser fiel y conservador
 Cada cual le da valor
 A todito lo que es suyo
 Y yo digo con orgullo
 Que lo nuestro es lo mejor.
 Y así después que hice ciertas grabaciones con la RCA Victor con  		precisamente ese numero que acaban de tocar, lo hice con la RCA Victor,  		pues segui grabando con otras casas grabadoras. Grabé con la Ansonia,  		grabé con la Seeco, grabe con la Verne, asi pues seguí abriéndome campo  		allí en Nueva York. Y ya ve que toqué un concierto en la Carnegie Hall,  		de danzas, en un homenaje a la danza puertorriqueña, y allí fuí muy  		felicitado por todos los concurrentes allí puertorriqueños. Y eso me  		sirvió de estímulo. También fui allí a un sitio donde recurren todos los músicos más grande,  		que vienen de otros países. Ese es un sitio que le dicen La Alhambra.  		Allí es donde desfilan los mejores guitarristas del mundo. Y allí yo fui  		con mi cuatrito jíbaro a dar a conocer nuestra música, y por cierto tuve  		mucha aceptación allí.  ADA:Te voy a hacer una pregunta, que vamos ahora al ajo del asunto, "al quí  		", como dice el jíbaro puertorriqueño, que si se le está haciendo  		justicia al músico criollo, a la música criolla, y me refiero al músico  		criollo especialmente del pasado, que aquí en este mismo programa he  		estado tratando de revindicar algunas figuras como don Felo y algunas  		otras figuras, y tu estas incluido en ellos. Qué crees, ¿se le está  		haciendo justicia al músico criollo?
 LADI:Hasta que yo he podido ver, no se le está haciendo justicia. Creo que se  		puede hacer algo más por esta música nuestra y yo voy a tratar de hacer  		hincapié en este asunto, porque me propongo hacer todo lo que esté al  		alcance para que se de más valor a nuestra música aquí en Puerto Rico.
 ADA:En este programa hemos hablado con don Felo, por ejemplo don Felo casi  		nadie, a menos que amantes de lo tenórico se dediquen a reconocer la  		obra de Ladí, la obra de aquel otro Piri [Maldonado,  		cuatrista/compositor de Utuado,ed.] también que era un gran cuatrista.  		Si no se hace eso, va desapareciendo la música genuina puertorriqueña,  		que aquí la música ha estado en el olvido. el instrumento, dicho por  		Gayol, del jíbaro puertorriqueño, dicho por un gran guitarrista, es el  		cuatro. La música jíbara es de cuatro. Y te quería decir esto porque  		ahora oigo una música que tocan los muchachos que llaman Mashed Potato y  		Watusi, y como se llama eso, y ¿tu crees que eso es música, Ladí?
 LADI:[Ríe] A mí no me gusta. En realidad no me gusta. Es música en el sentido  		en que hace ruido...pero en realidad no me gusta.
 ADA:¿En dónde tu me dijiste que naciste?
 LADI:En Vega Alta.
 ADA:¿En qué sitio, en qué barrio?
 LADI:En el barrio Espinosa de Vega Alta.
 ADA:Entonces comparo, yo que fui hace poco a un retablo que culminaba en una  		música en dos tiempos--están primero las personas del pueblo, los  		prominentes y la gente del pueblo tocando la música del país: valses,  		danzas--la mazurca que no es de aquí, pero forma parte del folclor de la  		música puertorriqueña y súbitamente irrumpía la juventud tocando  		escándalo, Watusi, Mash Potato, la viejatura decía "¡Cafre!" Yo te voy a  		decir esto porque a ti te puede doler al oído, que eres más sensible que  		yo, como a mí, esa música nueva, ¿porqué no buscamos esas cuerdas  		jíbaras íntimas, las cuerdas de un cuatro bien templado, una guitarra  		bien encordada, qué la música nuestra, ¿qué tu crees de eso, Ladi?
 LADI:Si, todo eso se puede hacer. El cuatro es un instrumento que esta a la  		altura de cualquiera de los instrumentos de cuerda más altos del mundo,  		porque hay en el cuatro música... después que un cuatro se toque como  		debe tocarse, no se le puede esconder a ningún instrumento de afuera,  		porque en el cuatro cae todo lo que puede haber en la música.
 ADA:En esto coincide nuestro amigo Rey Francisco Quiñones quien dice que un  		cuatro, verdad, es más cónsona, esta en armonía con la sicología del  		pueblo puertorriqueño, es una música que esta más afincada a la  		tradición puertorriqueña que la misma guitarra. La guitarra es española.  		Pero el cuatro, es más de ser cuatro, que toda esa construcción de ese  		cuatro, construida por un constructor puertorriqueño, es bellísimo,  		¿verdad?
 Yo quiero decirle a los jíbaros puertorriqueños que enalteciendo figuras  		como Ladí, enalteciendo la música puertorriqueña, no le estamos haciendo  		un favor a nadie. Nos estamos haciendo un favor a nosotros mismos. Mira  		esas guitarras eléctricas. Al lado hay un muchacho que toca una guitarra  		destemplada y me aturde al oído. El hijo mismo mío coge una batería y se  		juntan el hijo mío con el del lado, y eso es el pandemonio, eso es lo  		que le faltó a Dante en el infierno. Colocarlos los condenados con la  		música esa de Chas Chas y Watusi allá en el infierno. ¿Qué tu crees de  		eso? LADI: [Ríe] No te apures...
 ADA:Asi que, ¿cómo podemos llegar a revivir esa música, esa música que yo  		escuché en Galateo, que tú escuchastes en Vega Baja (sic)? ¿Cómo se  		puede hacer esto?
 LADI:Nosotros tenemos que hacer hincapié en eso y tratar de que la unión de  		músicos de aquí de Puerto Rico se ocupe un poquito más de eso, y que le  		dé cabida y propulsarla para que se dé a conocer, hasta entre los  		americanos, vamos a saber si que es que conocen menos de esto, y  		principalmente entre nuestro pueblo también. Porque veo que se ha estado  		ordenado poco a poco esta música nuestra. Y hay que revivirla y hacerla  		prevalecer siempre.
 ADA:Agradezco, amigo Ladi, Ladislao--tu sabes que el nombre tuyo es largo,  		te pusieron Ladi, verdad, que es más musical, es más astuto. Porque eso  		de Ladislao suena como algo un poco discordante, pero Ladi, te agradezco  		esta tertulia contigo, por el valor que tiene para el pueblo  		puertorriqueño, de que tu vienes de Nueva York--allá llevastes la música  		al Carnegie Hall, regresas a tu tierra con el mismo cuatro, con las  		mismas canciones, y sé que cuando los jíbaros escuchen esta tertulia  		entre un gran compositor y cuatrista puertorriqueño con Abelardo Díaz  		Alfaro, se conmoverán, se conmoverán los cimientos y las ovejas egregias  		del jíbaro de la casa criolla. A veces digo que el jíbaro de Puerto Rico  		antes era de seda y modarón [?] y ahora se están convirtiendo en jíbaros  		pichipén, jíbaros Wash and Wear. Que tu música jíbara, tu música  		criolla, tu cuatro bien encordado lleven un mensaje de [?] a estos  		puertorriqueños en transición. La música es eterna, eterna como la  		sustancia del jíbaro en el tiempo y el espacio. Muchas gracias, Ladí,  		que Dios te bendiga.
 LADI:Muchas gracias a usted también.
                          		 Cierra el programa con el 		 		final del seis Canto Serrano 
                          |