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El Seis                                                   
"La espina dorsal de la música del campo puertorriqueño"       


Foto por Jack Delano, cortesía Pablo Delano

  Oigan al cuatrista Yomo Toro mostrando los seises aquí.

  Oigan al cuatrista Efraín Vidal mostrando  42 distintos seises y aguinaldos aquí.

  Oigan al cuatrista Ramón Vázquez y el guitarrista Apolo Ocasio mostrando 22 seises aquí.

  Oigan al cuatrista Prodigio Claudio interpretando seises y aguinaldos aquí.

Oigan al cuatrista Arturito Avilés mostrando seises y aguinaldos aquí.

   Hasta el legendario folklorista Francisco López Cruz admitió que desconocía con certitud los orígenes de no solo la gama de tradiciones musicales incluidos dentro de la categoría musical intitulado "seis", sino también la razón por la cual dicha expresión recibiera tal nombre numérico. López Cruz había regresado de España al completar su doctorado en estudios comparativos de tradiciones musicales españolas y puertorriqueñas. Solo pudo avanzar como hipótesis la observación que en la catedral de Sevilla había una costumbre de concurrir a la hora de vísperas un "grupo de mulatos libres" que manifestaban el Santísimo Sacramento bailando danzas sin quitarse los sombreros (y la cual todavía se practica por niños de coros) llamado "los seises."

Como tantos otros elementos de la cultura puertorriqueña, lo que se sabe del seis proviene de escasas referencia bibliográficas y de memorias evanescientes. Virtualmente lo único escrito que perdura sobre el seis existe en la obra de observación social de Manuel Alonso en su libro del siglo XIX, "El Gibaro". Alonso describe el seis como un baile que "en rigor deben bailarle seis parejas" pero que ha visto bailarlo muchos más.

En su forma básica sabemos que el seis no es una cosa: es una categoría antigua de expresión folclórica usualmente (pero no siempre) bailable y cantable, utilizado originalmente por los jíbaros puertorriqueños, el cual incluye dentro de sí una enorme multiplicidad de variaciones regionales, variaciones creadas por olvidadas e inolvidables personajes, variaciones en formas de interpretación y tiempos. Pero generalmente:

  • Sigue un compás de dos por cuatro
  • Se acompañaba en tiempos antiguos con un cuatro, un tiple, una bordonúa, y un güiro--y en tiempos más recientes, con un cuatro (o dos cuatros), una guitarra y un güiro
  • Los seises se nombran, no por el tema de la canción que el cantaor declama, si no por otros detalles. Algunos llevan nombres que no son títulos, sino que responden:

A cómo se baila: el chorrao, el bombeao el sonduro o zapateao, el enojao, el valseao, el matatoros, el ñangotao, el seis del machete amarrao, el seis del pañuelo, seis del sombrero, seis del juey, el seis de la culebra.

El nombre del pueblo o de la región en que se originaron: fajardeño, viequense, llanero, bayamonés, de Comerío, de Humacao, manatieño, de Costa, del Dorado, de oriente, cayeyano , cagüeño.

Por su imitación del comportamiento de ciertos animales: juey, culebra, matatoros; otro, por la forma de cantarse: seis con décimas, controversia.

Los músicos que lo popularizaron: Andino, Pepe Orne, Mapeyé, Vallarán, Aguilar; y otros. 

Por alguna característica de su música: seis tumbao, seis una y una.

Don Paquito sigue: "Cuando se canta una serie de décimas en torno al tema de los celos con el fajardeño, el asunto no camia el nombre genérico del seis. El trovador les pide a los músicos un seis fajardeño para cantar sobre cualquier tema, pero éste sigue llamándose seis fajardeño. 

Listado incompleto de los seises de Puerto Rico con muestras sonoras en azul (resumido de la tésis doctoral del Dr. Francisco López Cruz publicado como "Música Folklórica de Puerto Rico".)

Seis con décima: dice don Paquito, "no es un género específico de seis sino que se llama así cuando el cantor de un seis lento utiliza la esquema poética nombrada décima para la letra del canto." A pesar de eso, son muchos los músicos puertorriqueños que hoy día le dan el nombre "seis con décima" a una particular melodía distintiva de seis.

Seis Chorreao: el güirero mayor ponceño Marcos Díaz Bauzá afirma que hay por lo menos 4 o 5 differentes estilos de seis chorreaos. Como lo describe el Dr. López Cruz, era un baile muy viejo y "el seis preferido del campesino puertorriqueño". Dice, sobre el nombre:

Por la rapidez de sus movimientos, se requiere que las parejas giren vertiginosamente alrededor del salón en posición cerrada, manteniendo los pies pegados al piso, sin levantarlos en ningún momento, mientras dan vueltas a izquierda y derecha. El movimiento de los bailaores nos da la impresión de pies que se escurren o deslizan, sin golpes en el piso. ruedan como si fuesen patines muy bien lubricados que resbalasen. Si los observamos de cerca dan la impresión de pies que van chorreando.

Oigan tres favoritas muestras de seis chorreaos, el primero una presentación en vivo de la Orquesta Jíbara Antigua del Proyecto del Cuatro compuesto de cuatro, tiple, bordonúa y güiro; una grabación de Odilio Gonzalez, Un jíbaro en San Juan; y a Arturito Avilés en cuatro y Luis Miranda trovando en una vieja presentación radial de hace casi treinta años.

Seis Bombeao:

Seis de Controversia:

 Sonduro o Zapateao:
López Cruz nos informa que un sonduro es en efecto, un baile de seis que es "zapateao", o sea un seis donde los bailadores (usualmente hombres solamente) hacen ruidos fuertes con los zapatos. Cita a Manuel Alonso, escritor costumbrista del siglo 19, al describr que cuando se bailaba el sonduro, "cruje la tablazón del piso; y aquel estrepitoso repique de pies descalzos con un dedo de suela natural, o bien calzados con suelas llenas de clavos, se hace oír en el silencio de la noche más lejos que los instrumentos, que por cierto no alborotan poco...". López Cruz comenta que el baile se hacía acompañado por un seis chorreao, pero el que más se asocia con el sonduro se oía así.

Seis de Portalatín:
López Cruz nos informa sobre un antiguo cuatrista de gran fama con apellido Portalatín que viajaba por la isla tocando su cuatro. Mientras pasaba por Naranjito dió a escuchar "un seis que nadie había escuchado". López Cruz dice que lo escuchó desde su adolescencia. La música que se tocaba siguía variaciones sobre esta melodía.

Seis de Pepe Orne:
López Cruz nos describe este seis como uno originado por un cuatrista  del mismo nombre que "dejó por la jurisdicción de Barceloneta un seis" que llegaría con el tiempo a llevar su nombre. En su libro don Paquito nos brinda el tema del seis en música escrita que hemos procesado digitalmente y suena así. Posteriormente encontramos al Grupo Mapeyé grabando un "seis tintillo" con el mismo tema.

Seis Canto Serrano: popularizado por Chuito el de Bayamón, oigan aquí el género como lo interpretó Ramito en El Brindis; y luego la que pegó Chuito con La Vieja Voladora. Frequentemente se confunde con el Seis Villarán que también lo cantaba Chuito, que es muy similar. Y finalmente aquí les obsequiamos con el audio de una antigua película de una Parranda Campesina hecho en la década de 1950 con una cantaora nombrada Comay Juana trovando un seis canto serrano.

Seis de Andino: con la melodía original compuesta por el violinista, compositor y director de orquestas Julian Andino (1845-1926) quien compuso también 40 danzas, incluyendo Margarita. Oigan una muestra clásica de un seis de Andino grabada en 1929 con Heriberto Torres, "el Mago del Cuatro", quemando las cuerdas del muy-dificial-para-tocar cuatro antiguo de cuatro cuerdas. Luego, una muestra de Panchón Ortiz introduciendo con su distintiva estilización de un Seis de Andino a Chuito de Bayamón cantando En la cárcel de tu amor.

Seis Enojao:

Seis Amarrao:

Seis del Juey:

Seis de la Culebra:

Seis Matatoros:

Seis Mariandá:

Seis Villarán:

Seis Bayamonés:

Seis Mapeyé:

Seis de la Enramada:

Seis del Machete Amarrao

Seis del Dorado:

Seis Fajardeño:

Seis Valseao:

Seis de Oriente: Dr. Paquito López Cruz informa que durante sus investigaciones encontró que este seis era el más popular que se cantaba en la parte oriental de la Isla, y que se cantaba la melodía con el acompañamiento de la música de un Seis fajardeño, lo que él encontraba muy curioso. Nos informa que se difundió por la radio por Milagros Carrillo, la Jibarita de Canóvanas (quien pasó a convertirse en estrella de novelas de televisión) y La Calandria, famosa cantante de San Lorenzo. Oigan como López Cruz escribió una muestra del tema, sintetizada aquí.

Seis Una y Una: el Dr. Paquito López Cruz denomina éste en realidad como una categoría de seises y no un seis específico, o sea que "todos los seises cuya armonía se basa en los dos acordes fundamentales de la tonalidad que el músico jíbaro llama primera y segunda posiciones son seis una y una," como el seis bombeao, Mariandá, bayamonés y Villarán. No obstante, grabaciones de seises específicamente categorizadas como una a una (no una y una), como ésta con el nombre Antiguo seis borinqueño y ésta, nombrada Novio espléndido, se encuentran en los catálogos de la década de 1920. Nota que la melodía se basa en dos acordes que se repiten "una y una" repetidamente.

Seis del Sombrero:

Seis del Pañuelo:

Seis Tumbao: el Dr. Paquito describe al seis tumbao, al igual que al seis una y una, como una categoría de seises, y no un seis específico, en este caso como cualquier seis con un ritmo sincopado como el Villarán y Mariendá (nota como los seises se comparten sus nombres: ¡éstos Paquito también categorizó como seises una y una!). No obstante el gran doctor Paquito continúa sobre el mismo, "La sincopa presta al movimiento de la música un aparente y delicioso desbalance. Parece como si se marchara al revés o como si la música fuera dando tumbos o cojeando. De ese tumbo, de ese vaivén, nacen su gracia y donaire", e incluye este seis con otros sincopados como el Villarán, el bombeao, el Mariandá y el bayamonés, explicando que "para muchos músicos, Villarán y Mariandá son la misma cosa. Ambos son seis tumbao. A veces cuando se les pide un seis tumbao tocan cualquiera que sea sincopado, ya sea el Villarán o el Maiandá". Dos muestras que sus artistas lo categorizan como seis tumbaos son, ésta que nos obsequiaron Polo Ocasio y Ramón Vázquez; y esta grabación cantada por Odilio Gonzaéz titulada, Un Jibaro en Apuros.